Publicado 16 de septiembre de 2025 en Bienestar, TENA por Academia Tena
En la vida el dolor, por muy incómodo que sea, es tan natural como el correr de los años mismos. Pero ¡cuidado!, es natural siempre y cuando se trate de momentos, recuerdos o emociones que llegan para hacernos más fuertes o enseñarnos algo nuevo. Sin embargo, cuando el “dolor” aparece como consecuencia de algo físico, ¡es necesario prender todas las alarmas!, por mucho que algunas molestias suelen ser “generalizadas”, cuando se trata de nuestro cuerpo y salud, hay que examinar las causas a profundidad para actuar al respecto. Por ello, ponte cómodo y hablemos del dolor al orinar, qué tan frecuente es, cuáles son sus síntomas y qué podemos hacer para evitarlo.
Lo primero que necesitamos saber es que, aunque se suele creer que el dolor al orinar es más frecuente en mujeres, sería un error pensar que es una condición relacionada con el género, pues se presenta tanto en ellas como en hombres, con unas cuantas variaciones respecto a dónde se origina el dolor (vejiga o uretra). Ese dolor tampoco discrimina en edad, pues puede presentarse en jóvenes o adultos y ser causado por infecciones como la cistitis o uretritis, o incluso por la ingesta de algunos alimentos cítricos o bebidas como el alcohol o la cafeína.
Si todos definimos el dolor de una manera diferente, es más que válido intentar definir la micción dolorosa o disuria como cualquier tipo de incomodidad al momento de orinar. El dolor se puede experimentar en dos zonas; dentro del cuerpo justo detrás del pubis, en la vejiga o la próstata, o en el momento en que la orina es expulsada.
El dolor al orinar generalmente proviene de algún tipo de infección en las vías urinarias, entre ellas podemos encontrar la infección de la vejiga en adultos, causada por bacterias que ingresan a la uretra y luego a la vejiga; infección de vejiga en niños, que no solo suele comprometer la vejiga sino también los riñones; o presentarse por la irritación del conducto que lleva la orina fuera del cuerpo.
Aquí, también podemos hacer una distinción especial en cuanto a las mujeres, pues entre sus causas podemos encontrar cambios en el tejido de la vejiga durante la etapa de la menopausia, infección por herpes genital, irritación por fragancias no recomendadas para la zona íntima y condiciones como la vulvovaginitis.
Y ¡claro!, ya sabemos que esta información puede ser muy amplia, pues el panorama también lo es. Sin embargo, podemos reducirlo en dos definiciones importantes: las infecciones urinarias y la inflamación de vías urinarias. ¿Sabes la diferencia?
Aunque en términos médicos, ambas pueden sonar similares, debemos entender que el tracto urinario corresponde al sistema que inicia en los riñones y va hasta la uretra, donde la orina es drenada hasta la vejiga. Cuando hablamos de una infección urinaria (ITU) nos referimos a aquellas relacionadas con esta área, mientras que, cuando hablamos de la inflamación en las vías urinarias también abarcamos enfermedades como la cistitis, la cual, por ejemplo, sucede en la vejiga.
Es cierto que la orina está cargada de bacterias buenas y que, en caso de presentar alguna alteración, muy probablemente será el resultado de bacterias externas que interfieran con el correcto funcionamiento de las vías urinarias. No obstante, pensar que la orina es estéril hace parte de una creencia popular que se originó en la 1950, cuando varios estudios intentaron demostrarlo sin éxito, pues al comprobar que la orina no tenía suficientes bacterias para generar una infección, muchas personas, no participantes de la comunidad científica, interpretaron que por ende, era estéril. Sin embargo, esto nunca fue comprobado, así que, hasta que se demuestre lo contrario, ¡te recomendamos no sumarte a esta creencia!
Es importante de forma previa conocer los signos y síntomas del dolor al orinar, ya que será de gran ayuda para realizar el seguimiento adecuado.
Los cambios en el color de la orina no representan, en todos los casos, alerta de disuria, pues estos, por sí solos, pueden significar la ingesta de algún alimento que pudo modificar dicho color, o incluso medicamentos u otras enfermedades. Por ello, aunque en muchos casos sí puede significar infección, necesitarás de una prueba de orina que así te lo confirme.
Las ganas repentinas o frecuentes de ir al baño, también se encuentran asociadas con el dolor al orinar, pero éstas, como ya lo hemos mencionado en otras ocasiones, pueden ser el resultado de múltiples esfuerzos o condiciones en la rutina. Sea cual sea el caso, los protectores masculinos o protectores diarios para mujeres, son nuestro mejor recomendado para que pequeños escapes de orina no arruinen tu día a día.
Realmente el “dolor” siempre es el primer signo de alerta para consultar con un profesional de la salud que pueda indicarte qué exámenes necesitarás para conocer si se trata de un caso de disuria. No obstante, otras condiciones como presentar dolor al orinar estando en embarazo, síntomas como flujo del pene o de la vagina inusual, persistencia del dolor más de un día, fiebre o sangre, son motivo de consulta inmediata.
Lo mejor de saber cómo prevenir la disuria es que son acciones tan cotidianas que es fácil ya tenerlas incorporadas en nuestro día a día o, por el contrario, adoptarlas con facilidad. Entre ellas encontramos el beber la cantidad suficiente de agua durante el día, realizar actividad física que implique un movimiento con el cual te sientas cómodo, evitar el alcohol y el consumo excesivo de cafeína.
Ahora que sabes mucho más acerca del dolor al orinar, olvídate de normalizarlo. Acudir a chequeos médicos y a un profesional de confianza para el respectivo seguimiento en caso de presentar alguna molestia al orinar, es también un acto de bienestar, salud y amor propio.