Publicado 14 de abril de 2025 en Bienestar, Salud, TENA por Academia Tena
Muchas veces, el cuerpo habla bajito; nos lanza señales sutiles —una molestia, una presión, una sensación rara al orinar— que no siempre sabemos leer. El prolapso de vejiga es una de esas señales que vale la pena escuchar; y, aunque puede sonar técnico, se trata de algo simple: la vejiga ha perdido parte de su soporte natural y empieza a “bajar”. No es una enfermedad vergonzosa ni extraña, es una condición común que muchas personas viven… y que se puede tratar con amor, información y acompañamiento.
Cuando los músculos del suelo pélvico se debilitan, la vejiga empieza a descender, a eso se le llama prolapso de vejiga o cistocele; puede sentirse como una presión, una molestia, o como si algo “pesara” ahí abajo. A veces molesta al ir al baño, otras al tener relaciones, y muchas veces simplemente incomoda al moverse o estar de pie mucho tiempo.
La vida misma —y todo lo que conlleva— puede ir aflojando los músculos del suelo pélvico; estos son algunos factores que pueden hacer que esa “red de sostén” pierda firmeza:
Para prevenir el prolapso de vejiga, es recomendable:
¡¡Sí!! El prolapso de vejiga se clasifica en diferentes grados según la gravedad del descenso de la vejiga:
El cuerpo avisa y, ¡hay que escucharlo! Algunos de los síntomas que pueden aparecer son:
El diagnóstico se realiza mediante una evaluación médica en la que el especialista examina la zona pélvica; también pueden utilizarse pruebas complementarias como:
Hay soluciones, ¡y muchas! Todo dependerá de cuán avanzado esté el prolapso y cómo te sientes tú. Algunas opciones pueden ser:
Quizá has escuchado de algunos otros términos médicos que pueden ser similares al prolapso de la vejiga y que, es importante que conozcas para identificarlos y, en caso tal, tratarlos a tiempo:
Cuando el prolapso afecta no solo la vejiga, sino también la uretra, se conoce como cistouretrocele; puede generar mayor incontinencia urinaria y dificultad para vaciar la vejiga por completo.
El rectocele ocurre cuando la pared del recto empuja la pared posterior de la zona íntima, causando molestias y problemas en la evacuación intestinal.
Este tipo de prolapso involucra el intestino delgado, el cual desciende hacia la zona íntima debido a un debilitamiento del soporte pélvico.
Cuando el útero desciende a través de la zona íntima debido al debilitamiento de los ligamentos y músculos pélvicos, se habla de un prolapso uterino.
¡Tu cuerpo no está fallando! Está hablando; y cuando lo hace, hay que escucharlo sin culpa ni vergüenza. El prolapso de vejiga puede incomodar, sí, pero también puede tratarse, aliviarse, y en muchos casos, solucionarse. Tu salud íntima merece el mismo cuidado, amor y atención que cualquier otra parte de tu vida, y tú más que nadie, mereces sentirte bien, sostenida y libre.