Publicado 25 de septiembre de 2025 en Bienestar, Salud, TENA por Academia Tena
Una duda que muchos han tenido: ¿es solo dolor en la espalda baja, o pueden ser cálculos renales? Los cálculos renales o “piedras en el riñón”, como su nombre lo dice, pequeñas acumulaciones de calcio en forma de piedritas que pueden causar grandes dolores y molestias.
Aunque su nombre suena inofensivo, la realidad es que pueden transformar un día tranquilo en un verdadero caos. Si quieres descubrir qué son, por qué aparecen, cómo reconocerlos y, lo más importante, cómo prevenirlos, ¡sigue leyendo!
Los cálculos renales son masas sólidas que se forman dentro de los riñones a partir de cristales de minerales y sales presentes en la orina… suena un poco complicado, pero, imagina que el riñón es un filtro entre lo que le sirve a tu cuerpo y lo que no: cuando todo funciona bien, los desechos se eliminan sin problema, pero si las sustancias se concentran demasiado, tienden a unirse y dar origen a estas “piedritas”. Su tamaño puede variar desde un grano de arena hasta una piedra que bloquea el paso de la orina.
La formación de cálculos renales no ocurre por casualidad, como muchas personas suelen creer… generalmente, se debe a un desequilibrio en la composición de la orina: exceso de calcio, oxalato o ácido úrico, sumado a una falta de líquidos que permita diluirlos.
Si bien la predisposición a la aparición de cálculos renales puede ser genética, existen algunos hábitos que son determinantes en su desarrollo; así que presta atención para que los evites:
El gran problema de los cálculos es que, mientras están quietos, pueden pasar desapercibidos sin presentar síntomas, y solo cuando son más grandes o comprometen un malestar mayor; ¡se hacen sentir! El drama aparece cuando intentan moverse; ese es el momento en el que el cuerpo “avisa” con señales muy claras de dolor que puede verse diferente en mujeres y hombres:
En los hombres, el dolor suele sentirse de forma intensa en la zona lumbar o en un costado del abdomen, esparciéndose hacia la ingle o los testículos; aunque también pueden llegar a experimentar ardor al orinar y sangre en la orina… si esto sucede, ¡ve de inmediato al médico!
En las mujeres, los síntomas son similares, aunque muchas veces se confunden con dolores menstruales o molestias pélvicas… así que deben estar muy atentas, porque además del dolor intenso, es común sentir náuseas, vómitos y una necesidad urgente de orinar, incluso en pequeñas cantidades.
Existen distintos tipos, ¡sí! No todas las piedras son iguales; pueden causar diferentes síntomas y, unas que otras, ser más difíciles de tratar:
¡Ve corriendo al médico! Si sospechas que puedes tener cálculos, lo primero es no ignorar los síntomas (además de que pocas veces es posible), el dolor intenso, la sangre en la orina o las molestias persistentes son señales de que necesitas atención médica. Seguro, el médico te hará diferentes exámenes, ecografías, análisis de orina y tomografías, así que, ¡no será un diagnóstico a la ligera!
¡Todo depende de diferentes factores! La expulsión puede variar según el tamaño y la ubicación de la piedra; los cálculos más pequeños suelen salir solos con el paso de la orina, aunque siguen siendo dolorosos, mientras que las piedras más grandes pueden requerir una ayuda extra con medicinas e incluso intervenciones quirúrgicas.
Ahora bien, si ya te hicieron los exámenes, conoces el tamaño de tus cálculos y estás listo para expulsarlos y dejar de sentir ese dolor punzante, ¿cuáles pueden ser los tratamientos?
Cada uno de estos tratamientos siempre vendrán acompañados de beber abundante agua.
Más vale prevenir que sufrir el cólico renal, (sabemos porqué lo decimos) y cuando hablamos de cálculos, este dicho aplica al pie de la letra: cuidar tus riñones desde hoy puede ahorrarte mucho dolor mañana; más aún porque la prevención no es complicada, pero sí requiere constancia en los hábitos de todos los días, como:
Mantener un peso adecuado, realizar actividad física y moderar el consumo de proteínas animales, sales y azúcares, es clave para mantener el equilibrio en la orina.
Tus riñones agradecerán que les des menos “trabajo pesado” y más descanso; al final, pequeños cambios en tu dieta y rutinas se convierten en grandes aliados para que los cálculos decidan no aparecer en tu vida.
El agua es tu mejor aliada: beber suficientes líquidos todos los días diluye la orina y reduce el riesgo de formación de cálculos.
Una buena señal es que tu orina sea clara y abundante; si te cuesta recordar tomar agua, puedes llevar una botella contigo a todas partes, poner alarmas o incluso jugar a “contar vasos” durante el día.
Todo esto, claramente, acompañado de actividad física y de evitar malos hábitos como el tabaquismo y el consumo de licor.
Ahora que conoces el ABC para evitar los cálculos renales, ¡estamos seguros de que pondrás todos los consejos en práctica! En TENA te acompañamos en cada momento, etapa o dificultad con los productos adecuados, para que sigas disfrutando la vida con confianza y, claramente, ¡sin dolor!